martes, 30 de julio de 2013

A MÁLAGA LE URGEN EFICACES RELACIONES PÚBLICAS A ESCALA MUNDIAL.


Hace unos treinta años, Barcelona contrató a una importante ejecutiva japonesa para que atrajese inversiones a Barcelona. Seguramente contrataron a alguien más, porque lo cierto es que Barcelona es ahora mucho más famosa a escala mundial que entonces, sin haber construido demasiadas cosas nuevas. A escala universal, quienes se refieren a España mencionan bastante más a Barcelona que a Madrid, a pesar del Prado, el Bernabéu y el Guernica. Son numerosísimas las películas norteamericanas y europeas donde se menciona a Barcelona más o menos de pasada, y Woody Allen produjo “Vicky Cristina Barcelona”. Esta película fue financiada por la generalitat con dinero de todos nosotros, y a nadie le quepa duda de que las menciones en Hollywood, Londres y Berlín también las paga ese organismo tan hostil a todos nosotros, pero que se lucra de los impuestos al consumo de todos los españoles.

MALAGA DEBE CONTRATAR DEPRISA UN EFICIENTE SERVICIO DE RELACIONES PÚBLICAS.
Un servicio de relaciones públicas a escala universal, llevado por gente eficaz, con conexiones internacionales y muy políglota, podría centuplicar en beneficios para Málaga lo que costase, que no puede ser demasiado en relación con las cifras de los presupuestos públicos. Esto es algo que no haría jamás la enemiga junta de los sevillanos, sino que tendría que ser el ayuntamiento quien lo crease. Riqueza, arte, buena arquitectura, cultura, espectáculos y millares de puestos de trabajo podrían ser creados con un eficiente Servicio de Relaciones Públicas Mundiales de Málaga. 
Antes, tal vez tendría que fundarse el PATRONATO DE TURISMO DE MÁLAGA, porque el patronato existente desprecia y ningunea a la ciudad de Málaga.

El Hotel Miramar debería ser ofrecido a la cadena estadounidense Hyatt. Pocos malagueños saben que este hotel es uno de los más espectaculares de España y Europa (incluyendo París y Montecarlo). Aquel alcalde destructor que nos impuso el PSOE enemigo, permitió su defunción y no exigió a la junta que lo restaurase, mientras esa junta (con dinero que procede de aquí en su tercera parte) costeaba la restauración de hoteles equivalentes en Sevilla y Algeciras, sin que aquel acalde dijera ni mú. Algunos de los hoteles de Hyatt, como el Regency de San Francisco, son difíciles de describir por su magnificencia.

También habría que atraer a la cadena Hilton, a lo mejor para el hotel del morro de Levante. Y a los Diamond Resorts de Las Vegas, para el fantástico complejo que se podría construir en los solares donde estuvo la central térmica de la playa de La Isla. También podría crearse un gran resort en una pequeña parcela del parque campamento, la más cercana al Club de Campo de Málaga.  
Un eficaz Servicio de Relaciones Públicas Mundiales de Málaga podría difundir en los EE.UU., sobre todo en Luisiana, Galveston y el Golfo de México en general, la “leyenda” de la interrupción de las obras de la catedral por la financiación de la independencia norteamericana, un hecho que allí es historia nacional y aquí hasta lo ignoramos completamente. La supuesta leyenda podría ser historia verdadera; quienes han investigado este asunto en los archivos del cabildo buscaron de modo literal y han pasado por alto la influencia que la madrastra de Bernardo Gálvez, la ex virreina de México Ana de Zayas, tenía en la Málaga de la época y, principalmente, entre los católicos malagueños. Por entonces, ocurrió el mitificado “yo solo” de Bernardo Gálvez en Pensacola, una derrota sonada del colonialismo inglés. Quienes lean la historia con atención, no dejarán de asombrarse de lo importante que era esta “madrastra” demasiado joven para la edad de Bernardo, y el papel que pudo desempeñar en la capital de la Nueva España antes de volverse y antes de que Bernardo se casase con una mulata de Nueva Orleans y la convirtiera en virreina. La “leyenda”, convenientemente difundida con disimulo, tal vez posibilitaría que la obra de la catedral de Málaga se reanudara, quitándonos a los malagueños la pésima imagen que esa catedral a medio hacer difunde de nosotros.
El Servicio de Relaciones Públicas Mundiales de Málaga podría conseguir atraer inversores de Rusia, Japón, Alemania y tal vez algunos países de América Española, como México, Argentina y Brasil. Existen argumentos importantes que ese servicio podría utilizar. Gran parte de los laboratorios extranjeros radicados en Barcelona funcionan, casi exclusivamente, por el consumo de la Seguridad Social. Si la locura de separar Cataluña de la Hispania que precisamente ellos contribuyeron de modo importante a fundar se realizara, esos laboratorios tendrían que dejar de funcionar allí. Atraerlos ahora a Málaga, no es ninguna utopía, sobre todo por la enorme diversidad climatológica del propio Municipio Flavio.
Habría que revivir las industrias de salazones, que fueron la razón fundamental de la prosperidad grecorromana de la ciudad de Málaga, y también causaron en gran medida la fundación fenicia. Se podría atraer financiación para esa industria desde Japón, aunque esté agotado el mar de Alborán, porque lo que hay que crear es una gran flota pesquera de altura. Salazones y congelados pesqueros son industrias que Málaga debe tener, por derecho e historia.
Y, en general, en Málaga capital y toda la parte más baja de la Hoya, habría que crear industrias alimentarias, sobre todo de horticultura.  Para decepción, consternación e indignación de todos nosotros, las industrias murcianas compran a granel en Málaga lo que aquí se produce todo el año y allí no pueden igual, porque allí sí hiela.
SI EL AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA FUERA LISTO Y DESEASE TRIPLICAR O CUADRUPLICAR SUS INGRESOS, PONDRÍA EN MARCHA EL Servicio de Relaciones Públicas Mundiales de Málaga.
Si estás de acuerdo con todo esto, escribe a malagapuede@gmail.com

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