martes, 6 de diciembre de 2011

LOS NUEVOS PASEOS DEL PUERTO



Nombres.
Feria de la artesanía.
Resurrección de Solymar,
Feria del Libro.

NOMBRES.
Hay que desechar en seguida las denominaciones técnicas portuarias. Aunque el abrigo marino que encontraron los fenicios venía a ser la actual Cortina del Muelle, el Paseo de la Farola coincide aproximadamente con el único saliente que había antes de conquistar al mar la Malagueta, el relleno de Heredia, la Alameda y todo el puerto. Deberíamos llamar al paseo resultante Paseo Fenicio. Como seguramente nos libraremos muy pronto de Linde, que sólo encara los asuntos como le manda Sevilla, es posible que su sucesor sea menos inflexible y se avenga a que la ciudad ponga nombre a estos nuevos paseos. “Fenicio” y “Bizantino” serían buenos nombres.

FERIA DE LA ARTESANÍA
Con el todavía inexistente mercado de la artesanía se pretende que resucite todo lo que ha desaparecido durante los últimos cincuenta años. Triplicar y hacer permanentes los quioscos instalados en el Paseo Fenicio, supondría la creación de un formidable mercado artesanal cara al público, donde su público va a estar. Lo que no eliminaría la necesidad de que existan talleres artesanales, pues todos los de la provincia han desaparecido. Una labor de la Diputación, en el sentido de invitar a los universitarios a que investiguen y desarrollen las artesanías perdidas, podría ser una buena manera de crear unos cuantos miles de puestos de trabajo. Y con muy poca inversión, casi nada.

SOLYMAR RESUCITADO.
Entre tantas cosas que perdimos con aquel alcalde de infausta memoria, una de las más añoradas es el “Villaconejos”, que desapareció por las desmesuradas exigencias municipales sobre las terrazas. Hoy he visto “Villaconejos” redivivo al pie de la Farola. Aun siendo numerosísimas las mesas, a las tres de la tarde estaba a tope, lo que prueba cuánto echábamos de menos los malagueños esta clase de sitios.

FERIA DEL LIBRO
La feria del libro que se ha venido celebrando en uno de los andenes del Paseo del Parque, era sumamente impropia de la categoría de Málaga. Unidimensional e incómoda, no había donde reunirse, celebrar actos, firmar, etc.
El Palmera del Puerto (que pudiéramos llamar Paseo Bizantino), ofrece espacio para una doble fila de casetas, numerosas carpas para actos y, sobre todo, que la feria tuviera el ambiente que corresponde a una ciudad como Málaga.

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