domingo, 17 de abril de 2011

MENTIRAS O ZAPATAZOS



Telefónica se dispone a echar al 20% de su plantilla en España, más o menos 6.000 empleados.
Telefónica ha ganado el año pasado más de 10.000 millones de euros, aproximadamente 1.600.000 millones de pesetas, y al tiempo que echa empleados reparte 500 millones entre sus directivos
¿Cómo se explica esto?
Como dijo una vez el genio de la Moncloa en Las Cortes, “que venga Dios y lo vea”.
Son tantas las torpezas cometidas durante siete años, son tantos los errores de libro, son tantas las negaciones de la realidad, son tantas las tropelías indignas, inexplicables e inexplicadas, son tantos los engaños de Blanco, Rubalcaba, Fernández de la Vega, Moratinos, Pajín y Sebastián, que el genio supremo ha deducido que se puede mentir con el mayor descaro, sin disimulo, y que no pasará nada, el pueblo se quedará quieto y sin enojo.
Acaba de mentirnos del modo más burdo diciéndonos que los chinos van a invertir 9.000 millones de euros en España, lo que los chinos se han apresurado a desmentir.
En los países anglosajones, los jefes de gobierno o los presidentes son obligados a dimitir si se les pilla en una mentira tan flagrante.
¿Por qué, en cambio, los españoles fingimos creernos tantísimas mentiras amontonadas durante 7 nefastos años por este gobierno?
Hace unos años, aseguraron solemnemente que no llegaríamos a los 4.000.000 de parados. Ahora, afirman que no llegaremos a los 5 millones, y todos sabemos que tal afirmación es garantía de que sobrepasaremos esa cifra con creces. Pero nos duelen tanto los ojos y los oídos por lo que vemos y escuchamos, que parece que nos hemos quedado sin fuerzas; como diría un argentino, descangayados. .
Para documentarme en beneficio de mis novelas, sobre todo “Cal viva” y “La desbandá”, tuve que asaltar el archivo municipal y hartarme de leer periódicos antiguos.
De “La Unión Mercantil”, revisé TODOS los ejemplares fechados entre mayo de 1934 y enero de 1937. Lo que más me impresionó fue que aquella Málaga, hambrienta y empobrecida, sacaba fuerzas milagrosas para realizar hazañas todos los días. Había comités por todos lados, legiones de mujeres trabajaban gratis para proveer los distintos frentes, hasta el de Madrid; voluntarios y voluntarias se esforzaban en toda clase de actividades, sin que los “supervisores” rusos que trajeron para mandarnos pudieran hacer nada más que mirar y callar. Con un impulso vital impresionante, Málaga se gobernaba sola, se afanaba sola, se organizaba sola, peleaba sola y hasta abastecía sola sin que nadie se lo ordenara. Málaga parecía un toro desmandado dispuesto a cornear el mal bajío. Los últimos meses antes de la invasión de los italianos de Franco, nació de manera lógica y consecuente la decisión de convertirnos en la “República Socialista Independiente de Málaga”, un “viva Cartagena” surgido, sobre todo, como respuesta a Largo Caballero cuando nos inmoló en noviembre de 1935 con esta frase: “!Ni un fusil ni una bala más para Málaga!”.
Ahora, Telefónica convencerá al amigo de Castro y Evo de que es beneficioso para el país dejar a 6.000 personas más en la calle. Muchos de ellos serán malagueños
Y Málaga sonreirá impotente, culpando al malfario que tenemos

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